Como el amor, es una creencia que está in the air. Con dos duros y en un abrir y cerrar de ojos, puedes poner en marcha un negocio online.
Un par de webinars y ebooks, un loguito resultón, un dominio, una web bonita y ya estaría. Fácil, sencillo y para toda la familia.
¿Qué pasa? Que la realidad es bastante diferente.
Y hacer caso a este mito y poner en marcha un negocio digital, sin invertir en hacerlo en condiciones, termina saliendo muy caro.
De hecho, esta creencia es la base del error que cometen la gran mayoría de profesionales que se lanzan al mundo online y, por tanto, la que hace que después no consigan nunca despegar, o generar los resultados que quieren y necesitan para ser rentables de forma sostenible.
Y es que una cosa es que el presupuesto que necesitamos para poner en marcha un negocio digital sea muy inferior a la que necesitaríamos para montar y sostener un negocio físico, y otra es pensar que apenas requiere inversión.
Porque sí, si lo comparamos con abrir un restaurante o hacerse con una licencia de taxi, por ejemplo, la inversión para montar un negocio digital puede parecer calderilla.
Pero si comparamos el coste de emprender online con el significado literal de la palabra gratis, ahí ya cambia (mucho) la película.
¿Cuánto hay que invertir para emprender un negocio digital?
Sería absurdo poner aquí una cifra exacta del coste que conlleva montar un negocio digital. Va a depender de los recursos, servicios y profesionales que contrates y de las tarifas de cada uno de ellos.
Pero para hacerse una idea realista de la inversión que puede requerir, sí es bueno tener presente todo lo que se necesita para poner en marcha un negocio online de forma sólida y profesional (además, claro está, de los gastos asociados a cualquier actividad propia, como gestoría, autónomos, etc.).
Formación, mentoría o consultoría
Empezamos por la parte esencial que el 90% de los emprendedores se salta a la torera y que es sin duda la inversión más imprescindible: definir y construir los cimientos del negocio y de la marca.
Y es que, lo primero que necesitas para crear un negocio de cualquier tipo, es adquirir los conocimientos y/o el asesoramiento necesarios para construir un proyecto sólido, con sentido y estrategia.
Puedes elegir la opción que más se ajuste a tus necesidades y posibilidades: hacer una formación, seguir algún programa de acompañamiento grupal, contratar servicios 1a1 de consultoría o mentoría…
Sea como sea, tienes que asegurarte de definir y trabajar en profundidad:
- Un modelo de negocio consistente / viable
- El nicho de mercado
- El cliente/s ideal/es y sus características, problemas, deseos, nivel de consciencia…
- La diferenciación / propuesta de valor frente a la competencia
- El posicionamiento de la marca
- La personalidad de la marca (atributos, propósito, misión, valores…)
- La identidad verbal (naming, tagline, eslóganes, voz, tono…)
- La identidad visual (logotipo, colores, tipografías, símbolos…)
- Una oferta de productos o servicios coherente y alineada con todo lo anterior
Identidad Verbal – Copywriting
Tras ese trabajo inicial en el que se han definido las bases de la marca y su identidad verbal, tienes que materializarlo en mensajes persuasivos y estratégicos en todos los canales desde los que se va a comunicar la marca, que muestren de forma clara, coherente y reconocible su personalidad, su diferenciación…
En esto, de nuevo, puedes optar por formarte/tirar de consultoría y hacerlo tú, o contratar a un/a copywriter profesional que desarrolle el trabajo.
Lo que no debe ser una opción es escribir los textos que te salgan del alma, sin ningún tipo de técnica o estrategia que los sostenga.
Tener un buen copy es esencial para el éxito de cualquier negocio y, sin duda, una de las inversiones más rentables.
Identidad visual – Diseño gráfico
La otra pata en la que tienes que materializar el trabajo estratégico de marca, es en la identidad visual. Que, lejos de lo que piensan muchas personas, no es solo un logo.
Esta identidad es todo lo que conforma el universo visual de la marca, y que también tiene que estar alineado con su posicionamiento, personalidad y diferenciación.
Aquí un diseñador/a tendrá que plasmarla de forma coherente, reconocible y memorable en el logotipo, las tipografías, la paleta de colores, los símbolos, el estilo fotográfico, las diferentes aplicaciones físicas y digitales…
[Que no te lleve a confusión si te está viniendo a la cabeza algún negocio de éxito que apenas tiene desarrollo gráfico. El diseño o «no diseño» es parte de la estrategia de branding].
Diseño web
Una vez tienes todo lo anterior, es cuando puedes materializarlo en una página web para tu negocio (fíjate la de cosas esenciales que se pasan por alto cuando es lo primero que se hace).
Opciones hay varias, aunque recomendable descartar la de crearla en cualquier servicio gratuito o contratarla en alguna de estas páginas o agencias que las venden al por mayor, con diseños clónicos y menos estrategia que personalización.
En este apartado, lo importante es elegir a un/a profesional que no se limite a hacer diseños ‘bonitos’, sino que su propuesta incluya también un enfoque estratégico, un trabajo inicial de SEO…
Con todo lo anterior, y dependiendo de la elección en cada caso, hasta aquí habrás necesitado un cifra de inversión que puede rondar más los 3.000-5.000€, que los pocos cientos de euros con los que muchas personas piensan que se puede emprender online.
¿Qué necesitas después para impulsar tu negocio digital?
Con todo ese trabajo, ya tendrás un negocio construido y materializado pero si te quedas ahí, es como si hubieras abierto una tienda en un callejón por el que es muy difícil que pase nadie.
Una vez que tienes tu marca, tu oferta, tu web… necesitas darle movimiento. Generar alcance y visibilidad, confianza y autoridad, entrar en el radar de tus clientes potenciales, posicionarte para ellos como la mejor opción…
Y aquí es donde, sumadas a todas las que puedas poner en marcha en el mundo offline, entran en juego acciones de marketing digital como:
- Marketing de contenidos (blog, redes sociales, vídeos, podcast…)
- Email marketing
- SEO
- Publicidad en redes sociales
- Publicidad en buscadores
Unas son a corto plazo, otras a medio y otras a largo. Unas son orgánicas y otras de pago.
La clave, combinar y ejecutar estratégicamente todas aquellas que tengan sentido para el negocio según el momento, objetivos, características y necesidades propias y de sus clientes potenciales.
No hay que hacer todo, de todo y en todo momento. Pero sí hay que hacer.
Y de nuevo, las dos posibilidades: tirar del do it yourself o contratar esta labor a un/a profesional o agencia.
En el primer caso, necesitarás de todos modos formación o asesoría para hacerlo de forma profesional y estratégica. Y en las dos opciones, presupuesto para invertir cada mes, tanto en herramientas como en publicidad.
Herramientas
Si bien es cierto que muchas herramientas cuentan con versión gratuita que de primeras, es más que suficiente, siempre habrá alguna herramienta que necesites en su versión no limitada (sobre todo cuando empieces a crecer) y, por tanto, tengas que pagar por ella.
Hablamos de herramientas de diseño, videoconferencias, email marketing, automatización, planificación…
Y más allá del plano digital, también hay que contar con herramientas materiales que necesitarás en el día a día para la generación de contenidos o la prestación de los servicios online, si es el caso, como cámara, micrófono, iluminación…
Inversión en publicidad
Hoy en en día, el alcance que podemos generar sin tener como aliada a la publicidad online es bastante reducido.
Dónde hacerla, dependerá de donde estén tus clientes potenciales. Cuánto invertir, dependerá de tus objetivos y tus posibilidades.
Pero es importante tener capacidad para hacer un mínimo de inversión todos los meses.
No contar con esto, lleva a muchas personas a emprender con lo puesto para después verse frustradas y estancadas, al no tener recursos para generar alcance y movimiento a su negocio.
Seguimos con las mismas opciones: formarte para hacerlo tú mismo/a o contratar un servicio profesional que se encargue de esta parte.
La primera será más económica a medio-largo plazo, aunque sí te pedirá una inversión en tiempo y energía muy superior a la segunda, que tendrás que valorar si compensa.
Como siempre, dependerá de tus posibilidades, habilidades y recursos.
Invertir en tu negocio digital es clave para su éxito
Como ves, lo de casi gratis queda bastante alejado de la realidad. Y desmentir de una vez por todas este mito creo que es muy necesario para evitar que más y más emprendedores terminen fracasando, por haberse lanzado al mercado con proyectos sin consistencia, diferenciación, recursos ni estrategia.
A veces es una cuestión de posibilidades, claro. Si no se tienen los recursos para invertir, no se tienen. Y en ese caso, si no cuentas ahora mismo con las condiciones económicas para emprender un negocio consistente y darle movimiento, espera a tenerlas. Busca la forma de crearlas.
Sin embargo, la mayoría de las veces es una cuestión de desconocimiento / mentalidad.
De no tener claro qué se necesita o de no tener consciencia del gran valor que tiene trabajar en profundidad la marca, la estrategia, el copywriting, el marketing digital…
Así que, tanto si has llegado aquí antes de emprender, como si ya tienes un negocio en marcha con el que te está costando despegar o crecer, espero que estas líneas te hayan ayudado a tomar esa consciencia.
Que ahora tengas más claridad sobre en qué deberías invertir para aumentar tus probabilidades de éxito y ahorrarte mucho tiempo, energía y oportunidades de venta perdidas.
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