Consultora de marca personal Elena G. Antón

Consultora de Marca Personal

Algo que no elegí -pero que acepto con gusto-, es lo de llamarme Elena.
Lo de ser consultora estratégica y copywriter, sí ha sido decisión propia.

Y lo de trabajar solo con buenas personas que apuestan por la Verdad, también.

Con alta probabilidad, me voy a saltar todas las fórmulas para escribir un ‘Sobre mí’ que se supone que debería seguir como copywriter que es una.

Me sale así. Qué le hago.

Así que voy al meollito y te confieso que tengo un propósito que roza la obsesión: ayudar a las personas a ser más libres y a vivir una vida en la que realmente creen.

Y como creo fuerte que una de las formas más nutritivas de alimentar esa libertad es dedicarte profesionalmente a eso que te gusta y que te convierte en dueña(o) de tu tiempo, tu vida y tu forma de ganártela…

Pues aquí me tienes.

Con mi mezcla de profundidad intensita, humor innegociable y empatía exagerada, queriendo fuerte que, si eres buena gente, yo pueda aportar para que te vaya a pedir de boca con tu negocio.
Tan buena gente como los más de 70 clientes con los que he trabajado en los últimos años.

Emprendedores y marcas de sectores muy distintos a los que he ayudado a crecer sin triquiñuelas y a construir algo que pudieran mirar con orgullo y decir:

“Esto es, joder.”

He co-creado decenas de marcas.
He escrito cientos de páginas, emails, anuncios y todo lo escribible.
He pensado, estructurado y puesto palabras a lanzamientos pequeños y a otros con miles de euros de inversión detrás.

Y puedo decir, con gustico, que todo eso lo he hecho sin saltarme -ni una sola vez- los valores que defiendo y la forma que tengo de ver la vida y los negocios.

Porque yo no me metí en este jardín solo para ayudar a la gente a vender más.

Sino para hacerlo desde otro lugar.

Uno donde la estrategia no esté reñida con la Verdad.

Donde las palabras suenen a lo que eres.

(y no tomen a la gente por imbécil)

Donde no tengas que impostar ni disfrazar nada para que tu negocio funcione.

Yo no me metí en todo esto para hacer marcas de esas que parecen sacadas de una plantilla con nombres distintos.

Ni copy de formulitas. Ni estrategias de Ctrl+C / Ctrl+V.

Sino para ayudarte a poner sentido, estrategia y palabras a lo tuyo.

Sin traicionar de dónde viene(s).

Porque lo que haces ahí fuera, solo tiene sentido si está conectado con lo de dentro.

Con lo que eres. Con lo que quieres. 

Y con lo que no estás dispuesta(o) a negociar.

Mi propuesta es sentarme contigo a trabajar mano a mano en tu negocio con (c)alma y estrategia: afinar lo que no encaja, nombrar lo que te importa y construir algo donde lo que eres, lo que haces y lo que dices van a una.

Y me meto hasta la cocina.
Porque no sé hacerlo de otra forma.

7 vértices esenciales sobre mi forma de entender los negocios (y la vida)
01. Hay que querer y saber ser libre

Para mí, la libertad es el principio y el fin. El estado natural que nos emperramos en alterar.

Pero libre hay que querer serlo. Y después, saber serlo.

Construyendo una vida en la que realmente crees y en la que eres dueño de tu tiempo, de tu forma de vivirla y de ganártela.

No conformándote con situaciones, relaciones o proyectos donde no puedes Ser y hacer lo que de verdad quieres, de la forma en la que quieres hacerlo.

Haciendo lo que haga falta, hasta las últimas consecuencias, para ser libre.

02. La honestidad será radical, o no será

Una mentira a medias, no es media verdad. Es una mentira.

Por eso, yo me rebelo contra escribir este valor sobre papel mojado. Contra la honestidad de boquilla.

Necesitamos más Verdad.

En las palabras y las acciones. En las transacciones y las relaciones. En toda aproximación a otro ser humano.

Necesitamos honestidad radical.

Que es esa que sigue ahí, también y sobre todo, cuando no te conviene.

Cuando no es fácil, cómoda o rentable.

03. En la vida y en los negocios, mejor con risa

Creo fuerte en el poder del humor como catalizador del aprendizaje y el progreso.

Y que hay que tomarse la vida (y los negocios) tan en serio, como para que nunca falte la risa.

Defiendo la risa aun cuando vienen mal dadas o parece que no hay motivo.

Porque es una forma de rebelión contra todo lo que amenaza con quitarnos la alegría, la fuerza y las ganas.

Porque riéndose, todo siempre es mejor.

Y por eso, donde no podemos reírnos y hacer reír… para mí, ahí no es.

04. La mirada, siempre a la misma altura

Creo que la única forma de conectar y ayudar genuinamente a otras personas, es mirándolas a la misma altura de los ojos.

La que nos hace ver que somos, al mismo tiempo, tan diferentes y tan lo mismo.

Tan personas. Con nuestras luces y nuestras sombras.
Con nuestras genialidades, nuestros puntos ciegos, nuestras manías y nuestros problemas sobrevenidos un martes a las 3 de la tarde.

Por eso, defiendo relacionarnos siempre desde la sana humildad.

Que es esa que nos hace hablar a todos, a cualquiera, con la cabeza bien alta, pero sin alardes ni aspavientos.

Esa que nos hace más amables, más humanos.
Y que ayuda a los otros a sentirse menos solos, menos rotos, menos locos.

05. Lo que prediques, sostenlo con el ejemplo

Si lo que piensas, lo que sientes, lo que dices y lo que haces no está en coherencia…

Si predicas con la boca pequeña y te saltas tus palabras según te das la vuelta…

No solo terminarás perdiendo la confianza y la credibilidad de los otros.

Es que algún día, por mucho que consigas posponerlo, también te dolerán las tripas.

Sentirás una incomodidad existencial a la que puede que no sepas poner origen ni palabras y, si no lo coges a tiempo, quizá tampoco remedio.

Por eso, mi elección vital y mi mayor recomendación es vivir en coherencia.
Que aquello que predicas, se sostenga con tu ejemplo.

06. ¿Mejor hecho que perfecto? Depende.

No defiendo perseguir la perfección de forma neurótica.

El camino para llegar a ese lugar, al que no se llega nunca, es muy poco práctico y rentable.

Pero sí defiendo, y de aquí no hay quien me baje, la calidad más que aceptable en todo lo que se haga.

Hecho de forma mediocre, de aprobado raspado para salir del paso, no es mejor.

Mejor, es encontrar la forma de cuidar los detalles que marcan la diferencia, sin perderse en lo superfluo y prescindible.

Mejor es, siempre, hacer las cosas bien hechas.

07. Todo, siempre, a tu manera

Que no haya dos humanos idénticos, ¿será una casualidad o tendrá un sentido?

A mí me pinta que lo segundo.

Creo que la unicidad no es un hecho fortuito y sí un gran regalo al que hacer honor.

Campando por la vida sacando a relucir eso que solo tú eres y tienes.

Haciendo lo que te late y haciéndolo a tu manera.

Porque para dejar tu huella, no puedes caminar con los zapatos del de enfrente.

Por aquí te dejo algunas pinceladas
sobre mi camino profesional

Soy periodista (equi)vocacional. Trabajé varios años en prensa escrita, que era lo que quería desde pequeña porque me encantaba escribir. Meeeec, motivación equivocada para elegir esa profesión.

En 2015 me reenfoqué hacia el marketing y la comunicación digital y llevo desde entonces ampliando mis conocimientos en este mundillo y dedicándome a ello de forma continua.

Soy Copywriter certificada, pero no sigo formulitas ni estructuras de sota, caballo y rey. Para mí, el elemento más importante de un copy, es que tenga detrás una marca trabajada y una Verdad que lo sostenga.

He sido Coach profesional, formadora y mentora en este área durante 4 años. Algo que está presente en todo lo que digo y hago (a nivel personal y profesional) y que multiplica x10 la potencia de mis consultorías.

Elena G. Antón, mentora de negocios
Y por si te apetece, algún apunte más personal
Consultora de marca personal Elena G. Antón con su perro Vicente
¿Nos tomamos un vermú? Yo invito.

Brindamos.

Tú me cuentas qué necesitas.

Yo te digo si puedo ayudarte y cómo.

Sin presión. Sin guion. Sin triquiñuelas.

Y si vemos que hay match, nos servimos otro.

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Elena G. Anton, Copywriter de Marca (brand copywriting)
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